A lo largo del siguiente artículo les voy a explicar el término «la ilusión de enfoque», y su relación directa con la felicidad.
Les hablaré de las trivialidades, y del total. También de las inversiones bursátiles, y nos centraremos principalmente como eje central en la felicidad.
Les haré partícipes de como “engañar” a su cerebro para que sean más felices.
Daniel Kahneman
El término «ilusión de enfoque» fue acuñado por el psicólogo israelí y premio nobel de economía, Daniel Kahneman. Eso sí, no lo hizo solo, lo hizo con el psicólogo de la Universidad de California- San Diego, David Schkade.
Con este término explicaron en parte los errores que cometemos al estimar los efectos de diferentes escenarios sobre nuestra felicidad.
Definición de la ilusión de enfoque
«Nada en la vida es tan importante como crees que es hasta que piensas en ello. ¿Por qué? ¡Porque estás pensándolo!»
Ergo, cuánto más nos enfoquemos en un aspecto particular de nuestra vida, mayor será su influencia.
La «ilusión de enfoque» es un sesgo cognitivo
Un sesgo cognitivo es una interpretación errónea sistemática de la información disponible que ejerce influencia en la manera de procesar los pensamientos, emitir juicios y tomar decisiones. El concepto de sesgo cognitivo fue introducido por los psicólogos israelíes Kahneman y Tversky en 1972.
La percepción distorsionada
Existen una infinidad de factores que hacen que tengamos una cierta percepción de nuestro nivel de bienestar. Estos factores son factores heredados, o bien son factores que nosotros mismos inventamos por comparativa con nuestro entorno.
Si tomamos un hecho puntual de nuestras vidas, y, tendemos a exagerar la importancia de ese hecho frente a todos los demás, este tendrá un impacto directo en nuestro bienestar.
Cuando le das importancia a algo, en ese preciso momento entra en juego la felicidad.
Aceptamos automatismos
Nuestro cerebro se acomoda fácilmente a los automatismos, mediante estos automatismos: no piensa, y actúa.
Los automatismos actúan para evitar el dolor, para hacernos sentir cómodos: huimos del miedo.
Pero, estos automatismos no hacen otra cosa que proporcionarnos errores en el pensamiento.
El hecho de no enfrentarnos al dolor, nos va alejando gradualmente de la felicidad.
Sobre la felicidad
Como nuestra percepción de la realidad está hábilmente distorsionada, creemos que la felicidad es hacer todo el día cosas que nos hacen felices. Pero, tu felicidad no va a ser más abundante si haces constantemente cosas que te hacen feliz.
Es de todos sabido que el ser humano se acostumbra con extrema facilidad a lo bueno. Tanto es así que nuestra adaptación a lo malo es paupérrima.
Con lo que nuestro cerebro por lógicos automatismos tiende a repetir una secuencia de planes, tareas, o actitudes que nos reporten seguridad y bienestar.
Pero, si nada cambia, aunque todo sea bueno y positivo, tiende en el tiempo a perder su valor.
Lo que realmente nos hace felices
Lo que nos proporciona la felicidad no es la repetición constante de cosas que nos colman de felicidad. Lo que realmente nos hace felices son los cambios y nuestra forma de adaptarnos o sobreponernos a ellos. Eso es lo que nos resulta estimulante.
La felicidad nos la genera: afrontar retos, asumir cambios, y superar situaciones.
La ilusión del enfoque y el mundo bursátil
Todos los inversores en algún momento son poseedores de acciones que les hacen perder más y más, y esperan a que se recuperen dentro del mercado. Esto no les aporta ninguna felicidad.
Pero, ¿por qué no cierran las posiciones?
Simplemente, no ejecutan la venta de las mismas por el dolor de la pérdida, y, es que nuestro cerebro intenta evitar a toda costa el dolor. En este caso el dolor de la pérdida.
Uno de los principales aprendizajes del inversor debe ser el evitar los sesgos y creencias, que son los que intentan evitar el sufrimiento y el dolor. A partir de este pilar fundamental del aprendizaje se puede comenzar a generar un pensamiento crítico e individualizado.
El cerebro, la bolsa, y la vida
El secreto de la toma de buenas decisiones es no dejar elegir al cerebro.
Si miramos la previsión meteorológica, y vemos que va a llover: esto nos condiciona absolutamente. Esto es lo que deben evitar: que el cerebro imponga sus sesgos, y nos diga que no va a ser un día felizmente perfecto.
Nunca se debe condicionar bajo ningún concepto nuestro estado de ánimo.
Si nos condicionamos o nos condicionan a la hora de invertir en un determinado valor bursátil, aunque este valor a largo plazo nos haga perder dinero: nuestro cerebro buscará un sesgo de auto-justificación, posteriormente buscará un sesgo de confirmación – el principio de toda creencia -.
“La razón más tonta del mundo para comprar una acción es porque está subiendo”. Warren Buffett.
Realmente nuestra mirada, debe enfocarse en la extensión de todo el horizonte, no únicamente en un punto o en un grupúsculo de puntos.
Sea cual sea la situación actual a la que te enfrentes…
«No es lo que te trajo hasta aquí;
lo más importante
es que ahora estás aquí
y,
hasta donde te va a llevar
el azar del destino».
El enfoque global como aspecto fundamental de la felicidad
Debemos de dotar importancia única al “total”. Esto nos hará tomar perspectiva identificando así la ilusión de enfoque. Con ello seremos positivos en el indefinible largo plazo.
Warren Buffett comparó hace unas fechas su vida con la de un ciudadano promedio, y se dio cuenta de que era prácticamente igual.
Buffett pasa un tercio de su vida durmiendo en un colchón normal, compra la ropa en las rebajas. Su bebida favorita es la Coca-Cola. Trabaja en un escritorio normal, tiene su oficina en la misma ubicación desde 1962.
Si ustedes comparan su vida con una de las personas más ricas del mundo, comprobarán que el efecto de la riqueza es despreciable.
Pero, si utilizan su cerebro para enfocarle en las puntualidades, y no en la globalidad: pensará en que mientras usted viaja en un avión convencional con sus inconvenientes, Buffett viaja en su avión privado.
Recuerden que esos aspectos de la vida de Warren Buffett representan menos del 0,1% con respecto a la suya.
«Cuando se enfoca la vida en trivialidades, la vida deja de ser una buena vida para desvanecerse en constantes desilusiones».
David EPC ©
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